03 Roda de Isabena2018-10-04T12:22:37+00:00

Ruta 03

Roda de Isabena

«Atravesar el pórtico y entrar al interior es un acto sencillo, pero dentro te surge toda la sobriedad del románico”»

Roda de Isabena

Nos aproximamos a las localidades de Laguarres y Lascuarre, que dejaremos a la derecha. En este punto, si algún viajero quisiera regresar, es posible tomar aquí la carretera que nos lleva hasta Benabarre, atravesando los pueblos de Castilgaleu y Luzás. Continuando la ruta original nos internamos “por una comarca silenciosa y vacía… de caseríos aislados de grandes dimensiones… Hoy el tractor sustituye la mano de obra campesina, pero no puedo evitar la soledad del contorno”. Se detiene José Antonio en la Colomina, una gran casona con una pequeña ermita románica adosada a su parte oriental. Un buen lugar para reponer fuerzas antes de continuar remontando las aguas del Isábena hacia el norte, acompañados por las vistas de la Sierra de Serraduy y el omnipresente Turbón.

A seis kilómetros, poco después de dejar a la derecha el puente románico de Roda, se encuentra el desvío que nos sube hasta el promontorio en el que se alza la localidad de Roda de Isábena, donde José Antonio nos alienta a “escuchar el aire detenido del tiempo en ese impresionante monumento que es el pueblo y la catedral”. Aparcamos en una zona habilitada a la entrada y desde este punto ascendemos suavemente hacia el centro urbano, paseando por las estrechas calles de la antigua capital del Condado de la Ribagorza.

Roda fue sede episcopal del s. X al XII, cuando tras la conquista de Lérida el obispado es trasladado a dicha ciudad. Es en el año 956 cuando se levanta la catedral. Este primer templo fue rehabilitado por el obispo San Ramón tras la devastación que sufrió la Ribagorza a manos de Abd-al-Malik. Su sarcófago de piedra, excelente muestra de escultura románica funeraria en Aragón, reposa en la cripta central. El templo comparte la advocación de San Vicente Mártir y de San Valero, santo zaragozano cuyos restos también descansan aquí. Cuenta José Antonio que “atravesar el pórtico y entrar al interior es un acto sencillo, pero dentro te surge toda la sobriedad del románico”. El pórtico es un añadido posterior del s. XVIII, al igual que la torre y el coro, pero no su portada del s. XIII, un gran arco de medio punto con decoración sencilla de arquivoltas y puerta de dos hojas con carpintería mudéjar. En el lado norte se encuentra el claustro: “Entrar en él, por lo insólito, resulta emocionante… Es el claustro más rico del mundo en inscripciones funerarias de los s. XII, XIII y XIV”. A pesar del expolio que sufrió el Museo Catedralicio a finales de los años 70, la catedral guarda todavía importantes muestras de bienes muebles.

Detrás de la iglesia se halla el palacio del Prior, del s. XVI, o los restos del castillo de Roda, o “Torre Gorda”. Descendemos hasta el coche por sus calles llenas de caserones, que nos despiden antes de volver a nuestra ruta y poner rumbo hacia la Puebla de Roda.

Galería fotográfica

Destacamos

Iglesia ex catedral de Roda de Isábena

La catedral más antigua de Aragón. Edificada entre los s. XI y XII con reformas posteriores del s. XVIII. Consta de tres naves paralelas, cuyos ábsides son visibles en el exterior. Las naves laterales se cubren con bóveda de arista y la central con bóveda de cuarto de esfera. Bajo el presbítero que la precede se abren tres criptas, siendo la central la más llamativa ya que su configuración obligó a elevar el altar. La cripta del lado norte, llamada Sala del Tesoro, contiene pinturas murales del s. XIII.

Claustro de Roda de Isábena

Claustro románico de primera mitad del s. XII formado por cuatro galerías techadas en vertiente y abiertas mediante arcos de medio punto sobre columnas monolíticas que se apoyan en un zócalo corrido. En los intradoses de los arcos se distinguen inscripciones funerarias, que forman el mayor conjunto de Europa. Un aljibe en el centro del patio se encargaba de recoger el agua de lluvia. El claustro da acceso a la capilla de San Agustín, decorada con pintura mural del s. XII, y a las dependencias catedralicias de la Sala Capitular y el Refectorio, hoy convertido en restaurante de la Hospedería.